El ámbito de proclamación de la Sagrada Escritura es la comunidad cristiana en sus múltiples formas: asamblea litúrgica, grupos de catequesis, asociaciones y movimientos, comunidades religiosas, parroquias… Pero también, desde antiguo, se ha dado la lectura individual de la Escritura; evidentemente favorecido por el invento de la imprenta —siglo XV en Europa y América— y su divulgación —a partir de mediados del siglo XIX—. Esto ha facilitado la meditación y la oración personal con la Escritura. Baste pensar en la llamada lectio divina, o lectura orante de la Escritura, que se ha popularizado en ambientes eclesiales y religiosos desde el Vaticano II hasta nuestros días.
Existen diversos itinerarios actuales de lectura comunitaria e individual de la Biblia. Esto nos permite diseñar itinerarios bíblicos personalizados a los fines y circunstancias concretas de un grupo de catequesis —de niños, de jóvenes o de adultos—, a una propuesta de lectio divina de una comunidad o de un grupo —de fe o de revisión de vida—, etc.
Finalmente, la Pastoral bíblica es, sobre todo, un dinamismo de animación bíblica de toda la pastoral eclesial, es más, de toda la vida de la Iglesia y de cada uno de sus miembros.
El estudio de la Pastoral Bíblica nos capacita, pues, para poner por obra en la praxis de la evangelización eclesial el estudio teológico y literario de la Sagrada Escritura que se viene realizando en los Institutos de Ciencias Religiosas y en las Facultades de Teología.
Jordi Latorre, SdB
Director
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