Reciente es la noticia de que un salesiano cordobés, Antonio César Fernández, ha sido asesinado en la frontera sur de Burkina Faso a manos de unos yihadistas. Muchos han sido y están siendo los mensajes que en las redes se están publicando de oración y condolencias por él y su comunidad; y muchas reflexiones y planteamientos nacen alrededor de esta noticia.
La vida de César, como la de todo misionero, nos interpela puesto que tiene una serie de elementos que nos hacen cuestionarnos nuestro seguimiento a la misión que Dios nos plantea:
- Los misioneros normalmente sienten una llamada fuerte de Dios a seguirle sea donde sea y haciendo que su Reino y su Buena Noticia se extienda por los rincones más escondidos (o más visibles) de este mundo.
- Entregan su vida completa por cumplir dicha vocación. No es una experiencia de voluntariado de corta duración o de larga duración, sin detrimento de estas experiencias, pero es una opción para toda la vida, poniéndose en manos de Dios y de la congregación a vivir y convivir en cualquier parte del mundo.
- Son enamorados de la tierra de misión, en este caso de África. Aman la tierra, la cultura, la lengua, su gente y es que es un elemento clave para poder transmitir el mensaje de Jesús en ese lugar. Si no te insertas en la cultura y en la sociedad y hablas en su mismo lenguaje es muy difícil que tu vida les diga algo.
- Creen en vivir y trabajar por los últimos, por los que nadie quiere y hacer que ganen en dignidad y en derechos. Es por eso, que las misiones trabajan ferozmente por cuidar de las personas y de los pueblos en los que se encuentran. Niños de la calle, educación de las mujeres, acogida de huérfanos, trabajo digno, cuidado del medio ambiente,… son algunos de los temas por los que los misioneros suelen trabajar.
- Pero todo esto siempre lo fundamentan en su fe en ese Jesús de Nazaret que les empuja y les mueve a hacer que el Reino de Dios cada vez se haga más presente, convirtiendo las Bienaventuranzas de Jesús en realidad.
¿Locos? ¿Inconscientes? ¿Apasionados? Yo creo que principalmente son enamorados de la misión que sienten que Dios les ha encomendado.
Este tipo de testimonios nos puede ayudar a descubrir qué siento acerca de mi misión, de mi vocación. ¿Estoy realmente enamorado de la llamada de Dios? ¿O simplemente me gusta, me atrae o…?
Comentarios recientes