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Todos vosotros ya sabéis que el Instituto Superior de Ciencias Religiosas don Bosco está situado en la finca de Martí-Codolar, una casa con casi tres hectáreas de jardín y con diferentes edificios que albergan toda clase de actividades culturales, asistenciales y de tiempo libre según el deseo de los propietarios y del fundador de la congregación salesiana san Juan Bosco.

Pero seguro que algunos no sabéis que el pasado 3 de mayo se cumplió 135 años de la visita de don Bosco a esta casa. Él había llegado en Barcelona a mediados del mes de abril del año 1886 con una finalidad muy concreta, recaudar fondos para terminar algunas de sus obras más emblemáticas, la construcción de la basílica del Sacro Cuore en Roma y terminar un par de escuelas de artes y oficios en Italia y Francia, donde se enseñaba a los muchachos de familias humildes un oficio para que se pudieran ganar con dignidad el pan y se labraran un futuro.

Su estancia en nuestra ciudad fue de gran impacto para la gran mayoría de sus habitantes, llevando su mensaje y una vivencia evangelizadora y asistencial, atendiendo a los miembros de la burguesía catalana y a los trabajadores y muchachos de la ciudad que lo aclamaban por los lugares por donde pasaba, y creando una gran concienciación de atención y ayuda hacia los más necesitados. El día 3 de mayo de 1886 vino a Martí-Codolar para descansar en la casa 

del que se estaba convirtiendo en su gran amigo don Luís Martí Codolar y visitar el zoológico que tenía, con más de 163 especies diferentes. Aquí, aquel día, se realizó la famosa foto en la que se ve a don Bosco rodeado de la familia, de los miembros de la burguesía catalana, pero sobretodo de sus queridos muchachos de la escuela de los talleres de Sarriá, y que ha dado la vuelta al mundo estando en la mayoría de las casas salesianas.

Con motivo de esta efeméride, el Cardenal Arzobispo de Barcelona Mons. Juan José Omella realizó una visita a la comunidad y se hizo una foto en el mismo lugar donde se había hecho la famosa foto de san Juan Bosco. El señor Cardenal dirigió unas palabras de gratitud por el fruto que había dado la semilla plantada por el fundador de la congregación salesiana, y animó a continuar con las actividades teológico-pastorales y la tarea de acogida de las personas con necesidades. Afirmó que las acciones que se hacían en la casa son un motivo de estímulo y entrega, de abertura y creatividad educativa pastoral y cumplían a la perfección el lema de la casa: Troba’t a Martíco (encuéntrate en Martí-Codolar). Deseando que todo el mundo tuviera la oportunidad de gozar en su vida lo que tras puaba la casa: sentido de acogida, de paz, de silencio, y respuesta positiva a una sociedad que está necesitada de remansos de paz que favorezcan la reflexión, el estudio, la creatividad y el ver al otro como alguien que nos puede enriquecer con su visión y manera de afrontar la vida y el futuro.

Joan Josep Moré

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